Los accidentes de tráfico siguen siendo una tragedia en nuestro país, ya no solo por el siniestro en sí mismo, sino porque el 80 o 90 por ciento de las muertes se podrían haber evitado simplemente cumpliendo con las normas de seguridad. Dejando así, una pequeña parcela a los accidentes reales por fallos humanos, casos concretos o errores fatales. Normas tan sencillas como no conducir drogado o tras ingerir alcohol, hablar por teléfono, rebasar los límites de velocidad o conducción temeraria.
Pero quizás, la muerte infantil sea una tragedia de magnitudes inmedibles, destrozando familias enteras, ya que casi la mitad de esta muerte de menores de 12 años se podrían haber evitado con el uso de la silla. En la actualidad empresas como Babyboom Familiy distribuyen un tipo de sillas a contramarcha en Málaga que reducen un 75 % el riesgo de lesiones graves causas por la postura de sillas instaladas comúnmente de frente.
La fuerza del impacto la absorbe la silla y no el cuerpo del bebé o del niño. Los estudios de Babyboom, asegura que, teniendo en cuenta que a 50 km/h la cabeza de un bebé de seis meses pesa alrededor de 2 kilos, puede aumentar por la fuerza cinética hasta 60 kilos. Una silla colocada de frente tras el impacto, sus cervicales y hombros son incapaces de soportar la colisión, provocándole la muerte.
Mientras que, la silla colocada al revés, en sentido contrario a la marcha, puede minimizar el impacto, ya que la silla observe la gran mayoría del impacto reduciendo el golpe y la sacudida de cabeza y cuello, y evitando mayor presión el tórax y abdomen del cinturón de seguridad.
La seguridad siempre es una inversión y nunca un gasto. Además, si se cumple con reglamento de conducción y se presta atención a las normas de seguridad, se reducirían los accidentes en carretera de forma notable.
