Menorca, la isla ubicada más al norte y al este del archipiélago Balear, esconde multitud de secretos. Una superficie idónea para transitar por ella en coche a través de tres rutas sin parangón: Ruta de las calas, de Mahón a Ciudadela y la que discurre por la Menorca más natural. La isla situada más al norte y al este del archipiélago Balear se suele considerar más sencilla que sus vecinas: Mallorca e Ibiza. No obstante, en ella se pueden descubrir múltiples secretos.
Menorca es famosa por sus extensas playas salpicadas por dunas arenosas de gran extensión, así como calas rocosas y aguas de color turquesa. Su capital, Mahón, se levanta en un acantilado con vistas a un extenso puerto.
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Una isla cuyo litoral puede transitarse a través de los casi 210 kilómetros que lo componen. Un lugar que deja espacio para realizar tres rutas en coche incomparables: la Ruta de las calas, de Mahón a Ciudadela y la que atraviesa la Menorca más natural.
Ruta de las calas
Menorca, un genuino paraíso para el descanso, regala al visitante sus extraordinarias calas, de un protagonismo sin parangón. Una de las primeras rutas por las que discurrir consiste en recalar en cada una de ellas, por las que es mundialmente conocida la isla.
En concreto, la zona sur es en la que más profusión de calas existe, en una zona muy reducida. En este espacio se levantan una sucesión de calas en las que se puede comprender por qué los fondos marinos de Menorca están catalogados como Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Además de disfrutar de su incalculable valor ecológico, se pueden desarrollar actividades como bañarse, tomar el sol o bucear. Todo ello en lugares que destilan magia como Cala Macarella y su hermana pequeña Macarelleta.
Asimismo, se puede gozar en Cala Turqueta, Cala des Talaiers o Cala Galdana, integrada en el entorno más turístico de la zona: Serpentona.
De Mahón a Ciudadela (o viceversa)
Mahón y Ciudadela son las dos grandes urbes de la isla. Cada una está situada en un extremo: Mahón al norte y Ciudadela al sur. Aunque sus respectivas poblaciones no superan los 300.000 habitantes, su capacidad hotelera es alta.
Se puede aprovechar un día para transitar los 45 kilómetros que separan una de la otra y embriagarse con los tesoros que esconden.
Ciudadela se levanta en torno a un puerto. Este es la visita obligada a la ciudad. En él se puede dar un paseo por el casco antiguo, donde se halla la catedral gótica, el castillo de San Nicolás o las populares plazas de la Explanada o el Borne.
En Mahón también adquiere protagonismo el puerto, que se encuentra frente a la bahía. Un enclave por el que han pasado romanos, bizantinos, musulmanes, muchos piratas y los británicos.
Un lugar de conflictos que, por tanto, se protegió con diversos castillos y fortalezas a lo largo de la historia. No obstante, hoy es un remanso de paz que rezuma calidad de vida.
Para esta ruta en coche, es recomendable parar en Monte Toro, donde hay un mirador a 358 metros de altitud, el lugar más alto de la isla.
Ruta por la Menorca más ecológica
Esta ruta es apta para aquellos que quieran transitar por los lugares de mayor valor ecológico de la isla. Desde Mahón queda muy próxima.
Supone descubrir el Parque Natural de S’Albufera des Grau. Se perfila como un espacio protegido tanto por su vegetación como por los mágicos fondos marinos que caracterizan el litoral de la isla.
Además, en el seno de la extensión del Parque Natural, se halla el faro de Favaritx, el más famoso y bello de la isla. Tanto su belleza como su reconocimiento se deben tanto al propio edificio como al entorno vegetal que lo rodea. Se trata de un paisaje descarnado que en muchas ocasiones se describe como lunar, aunque en realidad se trata de una enorme roca de pizarra.
