Los romanos hicieron todo lo posible por salvar a Jesús de la ejecución que exigían los altos sacerdotes judíos, y tras la muerte del Nazareno, protegieron a sus seguidores, lo que permitió a éstos expandirse durante los primeros años del cristianismo.
Las investigaciones arqueológicas y documentales de los últimos 25 años han permitido refutar algunas de las creencias más extendidas sobre la vida y la muerte de Jesús.
El autor recurre a un enfoque poco utilizado: cotejar lo que narran los textos históricos con el relato de los evangelios. Así, la vida de Jesús se entrecruza con los acontecimientos políticos y sociales de su época. Los resultados son sorprendentes y permiten resolver preguntas que han intrigado a los estudiosos a lo largo de los siglos:
- ¿Cuál fue la razón por la que José y María aceptaron trasladarse a Belén a pesar del riesgo por su avanzado embarazo?
· ¿Por qué hubo personas dispuestas a seguir a un profeta itinerante abandonando familia y propiedades?
· ¿Por qué se requirió que Judas delatara a un predicador conocido por todos?
· ¿Cómo pudieron sobrevivir los apóstoles a la persecución de autoridades romanas y judías luego de la muerte de Jesús?
Durante mucho tiempo los estudiosos han sostenido que los evangelistas hicieron todo lo posible por eximir de la culpa a los romanos por la muerte de Jesús. "Esto --afirma el autor-- no tiene ningún sustento, ni en los evangelios, ni en los textos históricos, ni en la lógica".
"Los estudiosos --continúa-- han repetido esta tesis porque en general han hecho de lado el entorno político, económico y social en el que se desarrolló la vida de Jesús. Si se considera, se confirman algunos hechos que aparecen en el Nuevo Testamento, pero quedan al descubierto otros, así como nuevas interrogantes."
El libro, con el subtítulo "Reyes y sacerdotes, romanos y zelotes en la vida y muerte de Jesús el Nazareno", examina los antecedentes y acontecimientos históricos que influyeron en la existencia del personaje más importante de la historia.
